Es muy conocida la anécdota que cuenta que F. Mendelssohn se encontró
nada más y nada menos que La pasión según San Mateo de Bach como envoltorio de un carnicero para la carne de su
tenderete. Esta anécdota, sea verdadera o no, ilustra muy bien la
realidad, ya que es cierto que el gran Bach fue prácticamente
desconocido hasta que Mendelssohn lo llevó a las salas de conciertos. La
película de Pere Portabella del cartel (El silencio antes de Bach) recrea el
asunto de las partituras con tinta de ternera. También puedes ver la escena de su Suite para violoncello nº 1. En la imagen, una peculiar pluma para confeccionar papel pautado. Algunos la llaman Fidolino, pero es como llamar al cacao Cola Cao.