Es
realmente difícil determinar qué es lo que hace que la música clásica
sea tan diferente de la que no es clásica. Si se tuviera que decidir
cuál es la palabra clave para hacerlo, defendería que es desarrollo.
Desarrollar es lo que logra un compositor cuando convierte las ideas
musicales de dos centímetros en obras de dos metros o de dos kilómetros.
El genial Leonard Bernstein explicó en sus Conciertos para jóvenes (en el capítulo ¿Qué es la música sinfónica?) esta fórmula mágica de la música clásica que alarga las partituras (y claro, también su belleza). Todo un maestro.