Cuando las parejas se casan recurren a una de las dos marchas nupciales: la de Richard Wagner o la de Felix Mendelssohn, pertenecientes a Lohengrin y a el Sueño de una noche de verano respectivamente. Cuando alguien muere se tocan marchas fúnebres, siendo las más conocidas la de L. V. Beethoven (de la Sinfonía Heroica) y la de Frédérik Chopin (de la Sonata para piano nº 2). Si te vas a casar te recomiendo ésta de la tradición sefardí. Para cuando te mueras, no lo dudes, Beethoven o algún Réquiem o misa de difuntos: el de Victoria, Mozart, Brahms, Faure o Verdi entre los mejores. También la Música para el funeral de la Reina María de Purcell es una despedida a la altura de la talla humana.